En
estos días se cumple el primer aniversario de la Jornada Mundial de la Juventud
que convocó el Papa Benedicto XVI en agosto de 2011 en Madrid. Fueron días muy
especiales para miles de personas que los vivimos en directo o a través de los medios
de comunicación. En ella el Papa alentó a los jóvenes a ser testigos del
evangelio -“firmes en la fe” era el lema de esta jornada- y a escuchar la
llamada a seguir de cerca a Jesucristo en el sacerdocio, en la vida consagrada
o en el matrimonio:
“Es posible que en
muchos de vosotros se haya despertado tímida o poderosamente una pregunta muy
sencilla: ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Cuál es su designio sobre mi vida? ¿Me llama
Cristo a seguirlo más de cerca? ¿No podría yo gastar mi vida entera en la
misión de anunciar al mundo la grandeza de su amor a través del sacerdocio, la
vida consagrada o el matrimonio? Si ha surgido esa inquietud, dejaos llevar por
el Señor y ofreceos como voluntarios al
servicio de Aquel que «no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida
como rescate por muchos» (Mc 10, 45)” Benedicto XVI, Acto con los
voluntarios en Ifema, 21-8-2011.
El
camino de Juan José fue el del matrimonio y al mismo tiempo –como buen cristiano
que era- valoraba en mucho la vocación de entrega total a Dios. Una de sus mayores alegrías se la dio su
hija Angelines cuando le dio la noticia de que había descubierto su vocación
religiosa.
Angelines
me contaba un día con sano orgullo que, de las pocas veces que su padre se ausentó del trabajo -tenía un gran sentido de
responsabilidad en su profesión y no se ausentaba nunca- fue para acompañar a
su hija al noviciado de las esclavas del Sagrado Corazón.
Miembros de la familia Barcia en la JMJ 2011 |
1 comentarios:
Excelente!
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